Cómo sanar tu alma con una vidente

Como ya te habrás dado cuenta, nuestro mundo está lleno de mucho amor y luz. Pero, por desgracia, también está lleno de oscuridad y dolor. Como resultado, muchas personas están dispuestas a creer cualquier excusa para mantenerse alejadas del bosque o evitar ver a sus seres queridos por miedo a que les vuelvan a hacer daño. Pero aunque el mundo es un lugar que da miedo, hay un lugar que siempre ha estado a salvo del daño: nuestra propia mente. Podemos elegir ser positivos o negativos, tomar decisiones basadas en la lógica o en la intuición, y construir relaciones de confianza basadas en la verdad o en la manipulación. Cuando nuestro diálogo interno se vuelve oscuro y negativo, nos abrimos al vampirismo energético: la capacidad de un espíritu maligno de drenar la energía de las personas y las cosas que le rodean para sentirse mejor. Si buscas formas de sanar tu alma sin tener que recurrir a un chamán o sentar a un místico oriental frente a un pozo de fuego lleno de botones de peyote, sigue leyendo para obtener algunos consejos útiles…

¿Qué es la curación del alma?

La curación del alma es el proceso utilizado por los practicantes espirituales para ayudar al cliente a “sanar” su alma. Es un tipo de meditación guiada que utiliza la visualización y la oración para acceder a la energía positiva y crear un espacio seguro para que el cliente reflexione sobre sus sentimientos y pensamientos. El objetivo es que el cliente descubra sus sentimientos e identifique lo que está bloqueando sus sentimientos para que sean liberados. Una vez que el cliente tiene una imagen clara de lo que le frena, el practicante puede ayudarle a identificar lo que debe surgir para que pueda sentirse más satisfecho.

La clave de la curación del alma

Hay muchas maneras de dar con la raíz de un problema y solucionarlo. Pero la mejor manera de hacerlo es entrar en la mente de la persona y descubrir lo que está tratando de resolver. Una vez que entiendas el problema, podrás abordar las necesidades con mayor eficacia.

Escuchar tus propias emociones

Todos tenemos un catálogo de emociones que contiene todos nuestros sentimientos positivos, nuestra tristeza y nuestra alegría. Aunque es importante reconocer estos sentimientos, es igual de importante escucharlos. Normalmente, se trata de un contraste entre los sentimientos negativos y los positivos. Cuando estamos tristes, queremos comunicarlo a través de las lágrimas. Pero en lugar de caer en la trampa de compadecerte de ti mismo, intenta ver si puedes ver tus sentimientos reflejados en otra persona. Cuando notes que la otra persona se siente igual que tú, habrás encontrado la raíz del problema. Ahora es el momento de trabajar para resolverlo.

Ayudar a los demás perdonándose a sí mismo primero

Todos tenemos defectos y cometemos errores. Pero cuando dejamos ir nuestros rencores, somos más capaces de ver el don que tenemos y la persona que éramos cuando cometimos errores. Dejar ir el pasado es una práctica espiritual que nos ayuda a estar más presentes y nos permite ver nuestros puntos fuertes y aprovechar nuestra alegría en lugar de nuestras penas pasadas. Cuando exploramos nuestra alegría, tenemos más posibilidades de derramar lo que es verdaderamente importante en nuestras vidas.

Practicar la gratitud

Una de las mejores maneras de ayudar a tu alma a alcanzar un nivel de salud más profundo es practicar la gratitud. La gratitud es un músculo que se fortalece con la práctica. Cuando nos alegramos de algo, es una señal para nuestro cerebro de que está bien liberar endorfinas y sentirse bien. Este es el mismo proceso que hace que nos sintamos felices cuando hacemos ejercicio.

Conclusión

Como puedes ver, hay muchas maneras de sanar tu alma sin tener que viajar a otro planeta o pasar tu vida en una cueva. La clave está en encontrar el método que mejor funcione para ti y para la situación en la que te encuentras. Debes encontrar una forma que sea cómoda para ti y que te permita estar en el momento presente. Con un poco de esfuerzo, puedes alcanzar un estado de flujo que te haga sentir como en casa. Cuando estás en la zona, es más probable que te arriesgues y pruebes cosas nuevas porque has bajado la guardia. Y cuando estás en la zona, es más probable que cometas errores porque no los estás buscando. Por lo tanto, si quieres mejorar tu forma de ligar o necesitas ayuda con las frases para ligar, recuerda: no estás preparado para ello.

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