Tipos de hipoteca: cómo elegir la más conveniente

Comprar una propiedad es una decisión importante que implica contratar una hipoteca con un banco. Orientarse en la elección del tipo de contrato requiere atención y consideración de los pros y los contras de cada oferta.

Si estás pensando en sacar una hipoteca para comprar tu vivienda, es bueno sopesar esta elección, evaluar las ofertas propuestas por los bancos, usar un comparador hipotecas como  Rastreator.com y evaluar todos los pros y contras. Informarse le ayuda a tomar la decisión correcta, de acuerdo con sus necesidades y posibilidades. Evitar cometer errores en el tipo de hipoteca que vas a estipular te protege de pérdidas económicas y problemas futuros con el pago de cuotas, que pueden ponerte en una posición difícil.

Como es sabido, una hipoteca se refiere un contrato en virtud del cual el solicitante, llamado prestatario, obtiene de un banco, el prestamista, una determinada cantidad de dinero a devolver a largo o corto plazo. El monto desembolsado estará sujeto a determinadas tasas de interés. Estos últimos pueden ser de varios tipos y la elección de uno u otro debe hacerse teniendo en cuenta la propia situación económica. Sobre todo, es fundamental tener esto en cuenta, a la hora de solicitar una hipoteca no es necesario reflexionar sobre el presente sino hacerse una idea de cómo evolucionará la situación financiera en los próximos cinco, diez, quince o treinta años. Solo así será posible entender qué tipo de hipoteca se debe realizar.

La elección de la hipoteca debe considerarse cuidadosamente. Las formas de hipoteca de las que dispone son variadas y en la actualidad, frente a las clásicas tasas fijas y variables, se han incorporado otras. Conózcalas a continuación tratando de entender las diferencias entre uno y otro:

  • Hipotecas a tipo fijo: son hipotecas que tendrán una cuota idéntica durante toda su duración, sin modificación alguna.
  • Hipotecas a tipo variable: son aquellas hipotecas en las que la mensualidad sufre cambios en relación con las fluctuaciones del tipo de interés vinculadas a determinados parámetros de referencia.
  • Hipotecas a tipo mixto: son hipotecas que permiten pasar de un período inicial de tipo fijo a uno variable o viceversa.
  • Hipotecas de tipo tope: son hipotecas en las que se fija un tope máximo más allá del cual no puede ir el tipo variable, incluso si los tipos de mercado lo superan.
  • Hipotecas a tipo variable y cuotas constantes: estas hipotecas tendrán una cuota fija en el tiempo y las fluctuaciones del tipo de interés determinarán un cambio en la duración del contrato.
  • Hipotecas a plazos crecientes: son aquellas hipotecas en las que la cuota aumenta en el tiempo, en relación con lo establecido en la firma del contrato.
  • Hipotecas con cuotas decrecientes: son hipotecas donde la cuota disminuye con el tiempo, siempre en base a lo previsto en el contrato.

En principio, la hipoteca a tipo fijo es apta para quienes no quieren verse sometidos a las fluctuaciones del mercado financiero. El tipo variable es adecuado para quienes tienen un ingreso medio-alto y están dispuestos a asumir riesgos. La tasa mixta es la mejor opción para aquellos que no pueden decidir entre la tasa fija o variable y quieren poder ajustar la hipoteca a las condiciones del mercado. La hipoteca con tasa máxima es ideal para quienes quieren adoptar la tasa variable sin correr demasiados riesgos.

Además de los tipos de interés, se deben tener en cuenta los costes accesorios a la hora de contratar una hipoteca.

Costes adicionales

Los costes auxiliares son numerosos artículos. Específicamente:

  • El spread: es un porcentaje fijo que el banco agrega a la tasa de interés y que determina la ganancia del banco. Por lo general, el margen de la tasa fija es mayor que el de la tasa variable.
  • Costes preliminares del caso: la consulta se refiere a las operaciones que realiza el Banco para decidir si puede o no aceptar la solicitud de préstamo. Su coste puede oscilar entre los 180 y los 300 euros.
  • Los gastos de tasación: corresponden a la tasación del inmueble que debe realizar un perito designado por el Banco para comprobar que el inmueble se encuentra en buen estado y establecer su valor real. Los costes, en este caso, pueden oscilar entre un mínimo de 100 y un máximo de 300 euros.
  • Honorarios notariales: son los gastos relacionados con la actividad notarial y varían en relación con el tipo de escritura y el monto de la hipoteca.
  • Gastos de seguro: todos los prestatarios deben contratar una póliza de seguro, en particular la póliza de seguro contra incendios y su importe depende del valor de la propiedad, el importe y la duración del préstamo. El prestatario, sin embargo, puede contratar la póliza en otra institución y no necesariamente en aquella en la que obtuvo el préstamo.