Adivinación: una mirada al futuro

La adivinación ha existido casi en todos los tiempos y ha sido practicada por casi todos los pueblos y culturas.

La adivinación también estuvo muy extendida en el segundo milenio antes de Cristo, especialmente en Palestina y entre los celtas y los teutones. Más tarde, en la antigua Grecia, la adivinación se consideraba un regalo especial a los dioses otorgado al pueblo elegido, mientras que en la antigua Roma la profecía tenía un carácter mágico y estaba destinada a convertir a los dioses y anular la ira divina.

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En la Edad Media, la adivinación estaba muy extendida y la gente no hacía casi nada de importancia sin antes consultar a un adivino. Se confiaba tanto en los textos sagrados como en los servicios de varias brujas, e incluso importantes obispos como Gregorio se orientaron en estas predicciones, aunque al mismo tiempo condenaron a los numerosos “falsos o falsos profetas”, algunos de ellos incluso planteando como el Espíritu Santo o Cristo o el Espíritu Santo.

A finales de la Edad Media, incluso se emitieron prohibiciones contra la adivinación debido al posible riesgo de abuso y la amenaza asociada a la sociedad. Sin embargo, como reyes y papas familiarizados con la adivinación, estas prohibiciones fueron prácticamente ineficaces y, por lo tanto, finalmente a la gente común le gustaron las variedades de adivinación . Durante la Revolución Francesa, que desencadenó una democratización, la importancia de la adivinación aumentó continuamente hasta que finalmente experimentó su apogeo en el siglo XIX.

A principios de siglo, la adivinación y la astrología eran muy populares en los Estados Unidos debido a los anuncios en varios periódicos.

Tras el final de la Primera Guerra Mundial, la adivinación se extendió por toda Europa y, aunque la influencia de la Iglesia siguió disminuyendo y la ciencia avanzó cada vez más, la demanda de adivinación creció y también la parapsicología recibió un gran auge.

También vale la pena mencionar que en este momento, no solo la población normal recurría a los adivinos sino que también, por supuesto, de manera extraoficial, numerosos políticos y otras personalidades confiaban en la adivinación . Los políticos del Tercer Reich, así como los monarcas rusos y los presidentes estadounidenses (por ejemplo, Roosevelt) consultaban regularmente a asesores astrológicos y adivinos.

Los adivinos son, lamentablemente, muy raros y raros. Desafortunadamente, hay muchas ovejas negras en el coaching de vida esotérico que prácticamente no tienen ni idea de la adivinación, así que averigüe exactamente en quién confía sus asuntos personales.

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